Lo que haces en mí

Capaz de sentir como ya no se siente, desde dentro, muy adentro, a través de los ojos, la mirada, el tacto o el aliento.  Y todo, gracias a ti, Reloj de Arena.

Porque la adversidad existe, pero ahí estás tú, capaz de parar el tiempo, hacerlo que corra, devolver la ilusión y continuar una, otra y otra vez, reinventándote, dándote la vuelta, perdurando, esquivando todas las agujas del tiempo. 

Incapaz de correr sin mirar atrás a un pasado brutal, pero capaz de sentir cada roce de unos labios que como si fuera normal hicieron de mi un fósil encontrado , y de ti, espero, un niño que sin miedo a ser castigado se refugia en la tormenta de mis brazos. 

Lo sentí, sentí tu corazón, iba a una velocidad que adelantaba todas mis metas establecidas. 

Y yo ya no sabía que estaba haciendo, solo sabía que si imaginaba mi futuro, lo veía contigo, y a través de tus pensamientos. 

Deja que fluya, te decía,

y acabé siendo un río, 

disfrutando del camino. 

Un río de sentimientos encontrados.

El río que con mayor rapidez,

desembocó en el mar.

Y qué mar...

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𝑬𝒗𝒂 𝑪𝒆𝒓𝒆𝒛𝒐