NUNCA ES OTRO VERANO

Un nuevo verano,

de nuevo otro impaciente verano.

Una estación en pausa que ha visto llover en los rincones más sombríos,

escondiendo su luz para dejar paso al frío.

¡Qué frío da un verano sin pueblo!, sin luces ni nuevos miedos.

Qué verano tan extraño sería si desde mayo no buscamos la más estrecha sombra, quejándonos de que la primavera no vino, que un día estábamos tomando cola cao en el braserito, y al siguiente, en una terraza con sombrero puesto y bebiendo vino.

Un nuevo verano para unos nuevos planes al sol, que más da si es solo, acompañado, en bikini o con el aire en casa sentado, ahí fuera, es verano.

Llamando al que prefiere un pantano, un río, o al que le basta con una colchoneta y un helado frío. Regresan esos nuevos encuentros con amigos que surgieron con el calor, porque es esa energía, esa que solo trae el verano,

la que hace que todo se viva x2.

Es ese ambiente borroso que nos distrae con pensamientos revoltosos, donde escribir en la playa es gustoso y sobrevivir al abrasante calor es todo un gozo, porque puedes ir al chiringuito a por un mojito, o al agua salada, a recordarte que cada estación, tiene un sabor distinto.

Porque el verano nunca llega, te enseña y pasa en vano. El verano es la fuerza que necesitas para poder terminar el año, porque si algo es cierto, es que nadie puede vivir en la oscuridad tanto tiempo. Se necesita gente, espacio, tiempo y un recuerdo lejano.

Porque recuerda, el verano jamás llegará, y pasará en vano.

Verano, te espero de nuevo, a las cinco de la mañana, mirando al cielo.

Porque tú, verano, nunca pasas en vano.

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𝑬𝒗𝒂 𝑪𝒆𝒓𝒆𝒛𝒐

2021