No lo entenderías

Yo, que no sabía, que en el fondo,

sí que te quería.

Y pasaron mil veces,  mil cosas.

Pero yo era tuya,

tú, mío,

sin necesidad de rosas.

Y en un campo de minas, te buscaba.

Sin miedo, sin pena, y con venda. Presumiendo del poder, que cogía de tu mirada. Como iba a saber,

que mi corazón, te pertenecía otra vez.  Aunque pensaba que estabas lejos, no hay distancia que mate mis sueños.  Te sueño de noche cuando no quiero,  y de día salgo, corro y bebo.  Y si pienso, te pienso,  me miro y me olvido,  porque creo que ya no veo,

lo que un día pude,  y ahora,

ni me lo creo.  Dime si fue un día de enero,

con el frío. O después de bañarnos un verano,

en ese río. Mejor no escuches nada de esto, que mañana pueden ser restos.  Que nadie muere por nadie  aunque a veces te falte el aire. Y aunque nada es tan bonito,  espero no necesitar tu beso,

en la frente,

para poder sentirme conmigo.  

Una canción sin estribillo, estrofas que no siguen un hilo,  palabras que tienen brillo,  amores y besos perdidos.

Te quise y me quisiste,  Tal como llegaste,

te fuiste,  Y tal como me fui, me escribo. 

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𝑬𝒗𝒂 𝑪𝒆𝒓𝒆𝒛𝒐