CULPA
- ·Eva Cerezo
- 29 feb 2024
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Te duele el pecho cuando fallas.
La respiración se vuelve autónoma.
La cabeza es un purgatorio.
No hay peor sentir dentro de mí,
que tener arraigados los pecados que cometí.
A Dios pido que me perdone,
y de él dependo.
Imposible retroceder,
Lo hecho, está hecho.
El color carbón de mi corazón,
nunca ha sabido partir temprano.
Por eso lo sano, lo cuido,
y llega el momento en que se vuelve destello.
No hay peor pensar que aquello que no puedes olvidar,
y si tratas no puedes,
y cuando puedes,
siempre hay un detalle para memorar.
Nada es sempiterno,
ni siquiera los errores,
ni la culpa.
Tampoco la memoria,
y mucho menos los instantes.
Me he querido,
y aunque a veces no me quiero,
siempre querré a Dios.
Y si él me cuida, y sé bien que me cuida,
¿Por qué no lo iba a hacer yo?
Podría continuar recitando el sentir de la culpa,
mas siempre será más sano pedirse una disculpa.
Por no crecer,
por no avanzar,
por no aprender a lamerte las heridas,
y salir a bailar.
S at ‘ n ganó una batalla,
pero jamás lo dejaría
ganar mi guerra.
Me pintaré los labios ,
me miraré al espejo.
Me perdonaré un error en cien años
y rogaré a Dios
que mi castigo no sea otro
que este remordimiento eterno.
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𝑬𝒗𝒂 𝑪𝒆𝒓𝒆𝒛𝒐
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