2016

Besos azules, fríos. Como tú, como yo.

Como lo que nunca fuimos, pero ahora somos.

Besos azules, de frío, sin tu calor.

Tu calor que abrasa cuando me abrazas, y me encanta, perdón, me encantaba.

Besos azules, que adoro, cuando no se trata de ti. De lo que fuiste, y ya no queda.

Besos azules, recuerdo de aquel  cielo al que me llevabas y cada noche dabas vida a una estrella, a tu estrella, tu única estrella, que era  yo.

Echaré de menos esos Besos azules, de piruleta, de vida, de ilusión, de ganas por darle a ese color azul un toque de esperanza.

Esperanza que no llega, que se fue, y no regresa.

Tendré entonces que darte besos verdes. Del color de la hoja del árbol del lugar en el que te conocí.

Tal vez ese verde nos de vida y se despinte con el roce de nuestros labios.

En tus labios veré esperanza procedente de los míos.

En los míos verás el cielo que yo veía cada vez que tu sonrisa era protagonista de la película idónea en la que creía estar fijada mi mirada.

Besos azules, como tú , como yo.

Como mi Frío y tu rendición.

Como mi indecisión

y tu inquietud

por saber que pasará.

Besos verdes, como yo, como tú

Como ese árbol al que,

seguramente,

le gustaría verme feliz,

verte feliz.

Vernos felices.

---

𝑬𝒗𝒂 𝑪𝒆𝒓𝒆𝒛𝒐